lunes, 18 de febrero de 2013

Crónica de Napoleonic 20: Bussaco



El pasado viernes tuvimos también la oportunidad de probar en Rubicón por primera vez el sistema Napoleonic 20 de VPG Games. Batieron armas en tierras portuguesas Robert, quien expresó su preferencia por la Pérfida Albión, y un servidor, a quien en consecuencia le tocó luchar con el bando gabacho por la gloria del Emperador Napoleón. 

Y digo tierras portuguesas porque la batalla escogida para la contienda fue la de Bussaco. En ésta, los franceses se ven en la perspectiva de intentar romper una fuerte posición mantenida por tropas inglesas y portuguesas en lo alto de la sierra que dio nombre a la batalla. Se trata de una escarpada serranía que en el juego representa un importante valor de defensa para toda tropa que recibe un ataque desde su base inferior. Por ello, la idea de un ataque frontal se hace muy cuesta arriba (nunca mejor dicho) y el francés decide iniciar sus movimientos intentando flanquear las posiciones anglo-lusas por su lado este.
Se trata de aprovechar la sorpresa de unas tropas que todavía no tienen muy localizado al enemigo, por lo que el francés decide iniciar esos primeros movimientos de flanqueo forzando la marcha. Los franceses logran así establecer una primera “cabeza de playa” que sería más correcto llamar “cabeza de sierra”, ya que le permite alcanzar las llanuras de la meseta al otro lado de la subida sin tener que enfrentarse al inglés desde una posición de desventaja. Sin embargo, el inglés logra mantener en todo momento una posición tal que impide al francés subir a esa meseta las suficientes tropas como para realizar un ataque en serio antes de que llegue la noche. 



Así pues el segundo día de batalla se inicia con parte del frente esta vez ya en la llanura de la meseta y, por lo tanto, sin la ventaja defensiva que hasta el momento ha mantenido a raya a las tropas francesas. Si el francés logra subir las tropas en camino hacia esa meseta, los anglo-portugueses pueden pasarlo mal, ya que son numéricamente inferiores. Pero el flanqueo ha estirado demasiado el frente francés, reduciendo a un mínimo las tropas que han quedado en la parte baja de la sierra. En un valiente y decidido movimiento, Wellington decide descender su flanco oeste colina abajo abandonando su posición defensiva para atacar el débil retén francés que ha quedado guardando su línea de suministros y la retaguardia. 

Unas primeras tropas que llegaban de refuerzo logran parar este ataque, pero no son suficientes. El movimiento inglés obliga a Massena a dar marcha atrás con parte de las tropas que subían la montaña. Al mediodía prácticamente nadie ocupa el centro, lo que dibuja dos frentes ya claramente diferenciados. Arriba en la meseta se dan una serie de escaramuzas que deshacen el frente sin dar una oportunidad clara a ninguno de los contendientes. Abajo en el valle los ingleses están a punto de hacerse con la población clave que cubre la retirada francesa, sin lograrlo. 

El desgaste físico y moral por parte de ambos bandos es evidente. Avanza la tarde y el francés decide jugársela antes de que llegue la noche del segundo día en un ataque combinado de caballería, infantería y artillería contra las tropas inglesas que siguen acechando ese punto clave para la guardar la retaguardia de la posición francesa. Pese a la superioridad numérica que el francés logra concentrar, la orografía escarpada de la posición inglesa y una férrea defensa del británico desbaratan ese intento en dos ocasiones. 

Al mismo tiempo siguen las escaramuzas en el flanco este, sobre la meseta. Queda poco para la noche y la moral y el cansancio de ambos bandos se hallan cercanos a su límite. Es entonces cuando una de esas escaramuzas en la meseta, donde hace horas no existe nada que parezca un frente definido, resulta en la eliminación de una pequeña unidad de caballería francesa. Pequeña, pero suficiente para suponer la gota que colma el vaso y produce la pérdida total de la moral del ejército francés, que estaba peligrosamente cercano a su límite. 

Wellington, con un ejército también con una moral muy tocada, es consciente de que la victoria ha ido de poco mientras se regocija frente a la visión de un ejército francés que, aunque sin demasiadas bajas, huye hacia su retaguardia cansado y totalmente desmoralizado tras dos días de batalla sin haber logrado romper la defensa inglesa.

Una merecida victoria de Robert a pesar de haberse tratado de su primera aproximación al sistema Napoleonic 20 y de, según su propia confesión, no tener esta temática y época entre sus favoritas a la hora de sentarse a tirar unos dados…
Hill.

5 comentarios:

Metabaron2 dijo...

Muy buena crónica Fernando,

Me ha encantado y me ha mantenido enganchado hasta el final, para ver quién se llevaba la victoria : )

Y me ha dejado con ganas de probarlo ya, a ver si dentro de poco me pongo y te reto : )

Un saludo

Anónimo dijo...

Hola a tod@s,

La verdad es que el privilegio de esta entrada propia tiene su origen en un fallo mio al no haberme fijado en el tipo de crónica más generalista y sintética que se publica sobre las partidas realizadas los viernes. Pero ya que los gestores del blog han tenido esta deferencia, aprovecho para hacer un "corta y pega" sobre lo que escribí sobre el sistema en el apartado que tiene Rubicón en la BSK ...

un saludo

Napoleonic 20 no es tanto un juego concreto como un sistema de juego que reproduce batallas napoleónicas.

Una de sus principales características es su extrema sencillez. Casi podría decirse que se trata de un formato “juego de revista”: mapas tamaño folio (o quizás un poco más, pero no mucho) y no más de 20 fichas en total (contando ambos bandos y fichas auxiliares). Las reglas generales son 4 páginas o 20 minutos de explicación y cada batalla suele traer apenas una página de reglas especiales para esa batalla.

Quizás para los muy Gronards o exigentes, esta extrema sencillez quita “realismo” o naturalidad a las batallas napoleónicas. Pero los que opinan esto son una minoría (¿qué juego consigue ser totalmente realista o no deja de perder jugabilidad o diversión en el intento?). Para una gran mayoría del creciente número de fans que tiene este sistema su principal valor es la alta “jugabilidad” que puede generar una reproducción de una batalla en relación con el poco esfuerzo que supone hacerse con el sistema. Es decir, “Napoleonic 20” ofrece un óptimo ratio “diversión/esfuerzo”.

Más allá del esfuerzo requerido, para mí un punto fuerte derivado de esta sencillez es la posibilidad de hacer una partida en un par de horas /hora y media, lo que supone poder jugar más de una batalla en una misma tarde o incluso proponer ipso facto una revancha tras una estrepitosa derrota, o poder probar de inmediato a cambiar de bando y ponerse en los zapatos del que hasta hace unos minutos era tu enemigo. Muy pocos juegos de un cierto nivel (y mucho menos napoleónicos) pueden ofrecer esta posibilidad.

Otros atractivos del sistema tienen que ver con algunas mecánicas de cierta originalidad. Por ejemplo, el hecho de que la batalla se gane o pierda no tanto por la conquista de unos determinados objetivos sino por la pérdida total de la moral del enemigo. Esos niveles de moral de ambos bandos suben y bajan constantemente en cada turno según lo que acontece, por lo que muchas veces no se trata tanto de avanzar hacia los objetivos o luchar contra el enemigo sea como sea, sino controlando el nivel de estrés o pérdidas que tu ejército o el del enemigo puede soportar en un determinado periodo de tiempo. Eso permite reproducir un elemento que fue realmente muy decisivo en muchas batallas napoleónicas y que podríamos definir como “momentum” o inercia de la batalla.

En mi opinión uno de los principales atractivos del sistema es su alta “narrativa”, como a mí me gusta denominar a la posibilidad de que la partida genere historias diferentes en cada ocasión que se juega, o dicho en otras palabras, la posibilidad de que la estrategia más adecuada no sea necesarimente única y la misma en todas las ocasiones, no acabe ocurriendo casi siempre tres cuartos de lo ocurrido en otras partidas y, por lo tanto, llegue un momento que no apetezca jugar más. No puedo hablar por todos los casos, pero sí al menos por las tres diferentes batallas que ya he probado. Por ejemplo, en el caso de Bussaco, he jugado como unas cinco partidas y cada batalla ha tenido un desarrollo totalmente diferente…

Aquí podéis ver las diferentes batallas de este sistema que hasta el momento han sacado desde Victory Point

http://victorypointgames.com/results.php?category=20

En definitiva un sistema ideal para los aficionados a los napoleónicos en aquellas ocasiones con poco tiempo o ganas de calentarse demasiado la cabeza, y también como forma de introducción al mundo “napo” a este nivel operativo (entre táctico y estratégico) para aquellos no introducidos o sin experiencia en batallas napoleónicas.

Silverman dijo...

Gracias por la crónica Fernando, yo también estoy interesado en probar este sistema ágil y sencillo. Saludos.

Archiduque dijo...

Muy buena crónica y descripción del sistema, Fernando, sigue haciendo reseñas así. Tenía mis dudas de que con tan pocas fichas y reglas pudiera haber mucha rejugabilidad y variedad de posibilidades, por lo que comentas el sistema cumple bien lo que se propone, juegos sencillos y dinámicos. Y no hay muchos napoleónicos de este estilo.

José Noguerol dijo...

Excelente trabajo. Mucha información. Me he podido hacer una idea general creo que bastante completa.
Estoy deseando probar el juego en la Jornada...
Un saludo a todos...

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